Estos días no me encuentro muy bien. Sobre mí se ha plantado
esa sombra de miedo que realmente nunca desparece y que no te deja moverte con
rapidez. Una amiga lo está pasando muy mal, una amiga con la que me he sentido
siempre muy identificada en su dolor, le escribí ayer una entrada que he decido
borrar porque me equivoqué en la interpretación de algunos mensajes y aunque la
cosa está mal, siguen luchando con fuerza, desde aquí le deseo todo lo mejor,
ojalá se realice el milagro que todos deseamos.
Yo estos días estoy haciendo balance del año (¿cómo todos?).
Realmente no me gusta mucho hacerlo y tampoco tengo mucha costumbre, sé que en
enero las cosas seguirán igual, los miedos, las preocupaciones y las alegrías seguirán
dentro de unos días siendo las mismas que hoy pero creo que a veces viene bien
esa sensación de tener un nuevo año por delante. No me gusta terminar el 2012 triste,
no ha sido un mal año (aunque tampoco evidentemente ha sido el mejor) pero yo
me recuerdo a mí misma en las navidades del año pasado, de ese 2011 tan
agridulce, recuerdo esa navidad con la alegría de saberme afortunada por estar
todos juntos y con la melancolía presente en el miedo de que algo pudiera
torcerse. No se ha torcido nada este año, ni un día de hospital podemos contar y evidentemente eso no puede más que tranquilizarme, mi madre tal vez está
peor de movilidad que hace un año pero sigue aquí, sigue siendo ella, sigue
mirando igual, sigue hablando igual y queriendo igual y a lo mejor me aventuro
pero creo que cognitivamente está mucho mejor que hace un año y aunque no lo voy
a decir muy alto quiero pensar que el peligro se ha ido de casa.
Por eso afronto con esperanza este 2013 que empieza porque
seguimos juntos, porque mi madre está a mi lado y yo por las mañanas tengo una
razón para levantarme. Este año que se va ha estado marcado por muchas cosas
buenas, por mucha gente nueva, por muchos momentos de risas que son los que de
verdad importan, los que de verdad te hacen pensar en positivo para seguir
adelante.
El 2012 se va, y aunque una tristeza inevitable me acompaña estos días tengo
que seguir sonriendo, tengo que seguir sabiendo lo afortunada que soy y tengo
que seguir esperanzada en que quizás las cosas incluso, puedan mejorar.
A vosotros deciros ese GRACIAS en mayúsculas que os merecéis,
porque estáis aquí a pesar de lo poco conectada que últimamente estoy, porque sé
que muchos de vosotros traspasáis la pantalla y os podéis sentar a mi lado a
tomarnos un café, porque sé que seguiréis acompañándome en mi andadura igual
que yo os acompañaré en la vuestra.
No voy a desearos un feliz año porque quiero entrar el día
31 para hacerlo pero por si acaso no me da tiempo, que seáis inmensamente felices.
Un abrazo cálido para todos.
A mí también me afecta mucho cuando alguien lo está pasando mal por algo en lo que yo también me he visto. Bueno, qué te voy a contar a tí, que has estado en la misma situación.
ResponderEliminarEn estos momentos sólo queda que sepan que una está ahí, apoyando siempre.
Un beso enorme, preciosa!
Espero que ese poso de tristeza, ese si pero no, se vaya difuminando... Y el 2013 sea un año sobre todo de luces sin sombras. Un besazo!
ResponderEliminarGracias a ti por todo lo que das.
ResponderEliminarPara no ser balance, se parece bastante. Espero que vaya desapareciendo esa tristeza y ese miedo. Y que el próximo año esté lleno de hstorias maravillosas.
Un abrazo apretao!
Nena, creo que hay que pensar en positivo, como tu has hecho. Tu madre está contigo y dentro de lo que cabe, está bien, y no hay motivo para pensar que eso no vaya a seguir así. Estos días son tristes, y entiendo tus miedos, tu lo vives así por tu situación, otros como Eva y yo revivimos un poco el horror de perder a un padre. Pero también tenemos que sentirnos afortunados, afortunados de que de momento estamos bien, y que tenemos mucho por lo que luchar en 2013. Mil besos, y yo, desde aquí tan lejos, me tomo un zumo de mango a tu salud, espero que te llegue :-)
ResponderEliminarEspero que con la llegada del nuevo año dejes atrás ese sentimiento de tristeza, que coincidiendo con las celebraciones navideñas podemos tener.
ResponderEliminarEstáis pasando unas Navidades en familia y eso es lo importante y sé que tú lo valoras enormemente.
A mí no me gustan nada estas "fiestas", y lo pongo entre comillas pues para mí no son tales fiestas. En esta época del año se hace más evidente la poca armonía que hay en mi familia más cercana y aunque eso no debería de ser para mí una novedad, siempre duele.
Un besazo y mucho ánimo Rocío
Creo que son las fiestas que nos hacen sentir asi a los adultos,si miro a mi hija es todo lo contrario,desborda alegria y felicidad con todo,incluso con el mas insignificante mantecado que se coma.Yo la miro y sonrio,pero luego me inunda la tristeza de que,inevitablemente,le llegara ese dia en el que las navidades dejaran de ser tan especilaes.PEro...todo llega y todo pasa,y este año a sido bueno para ti,quedate con todo eso y en el 2013 ya veremos.
ResponderEliminarun beso y un gran abrazo!!!
Yo tampoco soy de hacer balances pero coincido contigo en que hay que estar agradecido por las cosas buenas que tenemos. Un beso grandote!!!
ResponderEliminarHe llegado tarde para felicitarte la Navidad, por eso me adelanto para felicitarte la entrada del año nuevo. Yo tengo un sentimiento encontrado con estas fechas, veo a mis hijas emocionadas con todo lo que estas fiestas conllevan, pero a mi nunca me han gustado...
ResponderEliminarA mí lo que me apetecería ahora es poder tomar ese café contigo
ResponderEliminarMooogggaaaksrfff